El texto de Miguel Escobar, expone una pedagogía renovadora en la linea de
Paulo Freire, suscitando a los lectores a repensar la manera de educar y
las relaciones entre educadores y educandos.
"El acto del conocimiento exige del educador y la educadora la coherencia entre el discurso y su práctica, de tal forma que se vaya acortando la distancia entre el discurso y la práctica, hasta llegar a entender el discurso desde la práctica y la práctica desde el discurso"
Este fragmento del texto, incita abrir un debate y reflexionar sobre como en las instituciones educativas, nos encontramos a lo largo de nuestro recorrido, docentes que han mostrado un discurso diferente al establecido en cuanto a la manera de hacer y pensar el proceso educativo. Sin embargo, normalmente, es algo que queda en el mero discurso, lo que supone una gran incoherencia entre discurso y práctica.
Aunque, por otra parte, hay que reconocer que existen algunos docentes que intentan que los alumnos reflexionen y aprendan mediante un proceso de experimentación, y que dentro de la educación formal, tan institucionalizada, insertar y aplicar este tipo de pedagogías renovadoras no es una tarea fácil, ya que la transformación de la pedagogía, implica renovar la metodología establecida.
"Muere la praxis, esa unión dialéctica entre teoría y práctica, capaz de generar utopías a favor de Eros, de la vida, y se condena al ser humano a una cotidianiedad estéril, sin reflexión y sin capacidad ninguna de transformación de lucha para conquistar sueños y utopías"
En las instituciones educativas, el sistema esta sistematizado y burocratizado, debido a que no interesa que las personas piensen por ellas mismas, sino continuar con la fabrica de personas pasivas y sin inquietudes que promueve el sistema capitalista. Así, para que esta burocratización no se produzca es necesario que el alumnado no haya sido anteriormente "inducido" en ese sistema.
En contraposición a la educación bancaria se plantea una educación liberadora, en la cual los educadores y educadoras deben enseñar a problematizar su práctica en el contexto donde se desarrollan las relaciones educativas y sociales, y propiciar así, la búsqueda de respuestas. Además, aprender del alumnado es un nuevo reto para el docente, ya que en este proceso ambos se enriquecen. En este proceso la construcción del conocimiento partirá de la propia práctica y desde la colectividad, es decir, trabajar juntos como sociedad.
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