Los audiovisuales son una fuente poderosa para difundir contenidos, tradiciones, costumbres, transmitir tanto valores culturales como sociales, e intercambiar mensajes, mediante la difusión de la información y la opinión. Todo ello, se obtiene mediante la adquisición y transmisión de conocimientos en el contexto donde se desarrollan las personas.
Éstos pueden ser culturales, personales o de la propia experiencia, cuya misión es poder llegar al otro y crear en éste, un sentimiento que haga que reflexione y pueda convertirlo como experiencia propia al interiorizarlo.
Es por ello, que tanto la cultura como los valores promovidos en ésta, pueden servir como un bien de intercambio al servicio de los intereses individuales y colectivos, por encima de los intereses comerciales, económicos y políticos.
Por esta razón, esta transmisión cultural, social y personal, debe realizarse a través de medios en los que seamos los creadores y difusores de dichos valores, para así crear un ámbito de comunicación que asegure la participación ciudadana.
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