miércoles, 13 de mayo de 2015

TERCERA EDAD ACTIVA



Como ya sabemos, la animación sociocultural la entendemos como un ámbito en el cual se puede intervenir para dar vida, crear y despertar inquietudes, tomar conciencia de problemas, desarrollar acciones autónomas, impulsar, motivar…todo ello para transformar a las personas y que sean ellas mismas quienes se conviertan en agentes y protagonistas de su propio desarrollo.

Para ello, el profesional debe de generar procesos de participación mediante la comunicación a través de grupos y entre las personas de diferentes colectivos, para así emprender procesos de desarrollo social. Se trata pues, de generar convivencia, modos de relacionarse y de participar socialmente para disfrutar del ocio y la cultura.

Y que mejor manera de consolidar todos estos aspectos para enseñárselos a nuestros mayores, a participar activamente en el contexto en el que viven y a potenciarles aquellas capacidades que tiene ocultas, generándoles confianza y al mismo tiempo, hacerlos creadores de relaciones interpersonales y  relaciones sociales.


 Pero para ello, es preciso de unos programas adaptados a las necesidades y características del grupo a intervenir, y es aquí donde el profesional tiene un papel importante como apoyo grupal, motivando, estimulando, organizando, creando…centrándose en promover la participación y el compromiso personal, para que los seres humanos sean consientes de la realidad de su entorno.

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